El Impacto del Sector Privado en el Empoderamiento Femenino

Hoy quiero compartir la importancia del papel del sector privado en el empoderamiento de las mujeres. Este rol es fundamental para impulsar el empleo, la innovación, la productividad y el crecimiento económico sostenible.

Según el último Informe sobre la Brecha Global de Género 2022 del Foro Económico Mundial, alcanzar la paridad de género sigue siendo un desafío considerable, ya que se necesitarán 132 años para lograr esta equidad.

El Índice de Brecha Global de Género del Foro Económico Mundial, presentado por primera vez en 2006, mide la magnitud de la brecha entre mujeres y hombres en términos de salud, educación, economía e indicadores políticos.

En el último informe, Islandia se mantiene en el primer lugar del ranking, seguida de Finlandia y Noruega, que son los países con menores diferencias de género. En contraste, Afganistán ocupa el último lugar, seguido de Pakistán y la República Democrática del Congo, siendo estos los países con mayores brechas de género.

Desde mi perspectiva como mujer, estos datos reflejan un desafío enorme que tenemos por delante en la lucha por la equidad de género. Promover la equidad de género, además de ser la opción justa, es la más inteligente. Cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen. “El Banco Mundial ha señalado que facilitar el acceso de más mujeres a la fuerza laboral mundial ayudará a duplicar la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) global en una década”

El impulso de las mujeres en las empresas es necesario, pero sobre todo, es un buen negocio que beneficia a las empresas, la economía y la sociedad en su conjunto. Somos agentes económicos clave que generamos prosperidad, empleo, innovación y un potente motor del desarrollo.

Estos datos me motivan a seguir trabajando y abogando por la equidad de género en todos los ámbitos, es esencial que reconozcamos el valor y el potencial de las mujeres como agentes de cambio y crecimiento económico. Cada paso que damos hacia la igualdad no solo beneficia a las mujeres, sino que también fortalece nuestras economías y sociedades en su conjunto.